17 de agosto de 2010. Primer ensayo de lo que devendría en Sentir distante.
Lugar: EMAD. Los estudiantes de la generación 2006 de la EMAD nos convocan a Verónica Perrota y a mí, Sofía, para participar como tutoras de su posgrado. Verónica se ocuparía de la dramaturgia y yo de la dirección.
Improvisamos en base a sus gustos e intereses, a la búsqueda de la poética de cada uno de los actores. Sobrevuela la idea de un musical, inclusive de una ópera y el deseo de trabajar en la Sala Verdi. Son 8 actores entre 22 y 31 años. Aún no tenemos diseñadores.
Los ensayos transcurren, aumenta el conocimiento del material humano y artístico con el que estamos trabajando. Verónica me muestra algunas escenas de lo que en un principio iba a ser un guión para una peli. "Un dramón extraño", así lo define ella. Yo decido no querer trabajar sobre un único procedimiento, como podría ser la parodia. En las escenas aparecen mundos fantásticos, surreales, dislocados. El temor a quedarse en el chiste y en lo bizarro per se.
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